Cuidado con lo que pides porque se te dará.

Cuando tenemos un problema es normal lamentarnos, entristecernos y hasta lanzar un reclamo a Dios, Buda, Mahoma o a quien creemos responsable de lo que nos está sucediendo. Lo cierto es que un porcentaje muy alto, por no decir la totalidad de lo que nos sucede, forma parte de nuestros procesos y sin querer lo atraemos. Igualmente, sucede de manera inesperada como nos llega la ayuda para resolverlos. 

Sé que no es fácil ante un problema, levantar la mirada al cielo y solo confiar en que la ayuda va a llegar. Pero sin darnos cuenta, es lo que sucede. 

Ante una situación difícil, pedimos ayuda con plegarias y lamentos pero la mayoría de las veces no vemos o escuchamos la forma como esa ayuda llega. 

Le contamos nuestros problemas a nuestros seres queridos y cuando intentan ayudarnos el ego nos impide recibir esa ayuda, con frases como; tranquilo yo lo resuelvo, no te preocupes, no lo puedo aceptar… La petición está siendo escuchada y por orgullo, rechazamos la ayuda. 

Pasa que nos quejamos de un trabajo y cuando nos despiden o cierra la empresa dejándonos en la calle, nos enfurecemos o nos deprimimos. 

Nos quejamos de la pareja, hijos, familia y cuando se van ya bien sea a vivir lejos o mueren, los extrañamos y lloramos su ausencia. Pedimos a gritos momentos de soledad y tranquilidad y cuando los tenemos, no sabemos qué hacer con nuestro tiempo libre. Nos pasamos la vida criticando a nuestras parejas y cuando consiguen a otra persona, nos quitamos 20 kilos para recuperarlos, les hacemos brujería, los amenazamos o nos echamos a morir por haberlos perdido. 


Es que somos inconformes por naturaleza. 


Lo que pedimos se nos da pero Dios, Buda, Mahoma, el universo… no sabe de tiempo ni de espacio y no entiende de bromas ni de mensajes subliminales.  El problema es que no sabemos lo que queremos y utilizamos muy mal el poder de la palabra. 

Así que de ahora en adelante, piensa bien que pides y como lo pides porque el universo siempre querrá complacerte.-

Anterior
Anterior

"El Poder de las Emociones: Cómo las Emociones Pueden Enfermarnos"

Siguiente
Siguiente

La Adversidad; la forma de conocer nuestras fortalezas y debilidades.